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Confesiones de Mujer
Una obra que, a partir del error y la reflexión, afronta los roles de madre e hijo para promover
actitudes apropiadas, sin reglas mágicas.
Gloria De Recio
Pecados De
Madre
Capítulo
1
LIBRERIAS PAULINAS
COLOMBIA
-
BOGOTA,
D.C.
(PRINCIPAL)
CALLE
161A
No.
31-
50
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528
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527
9866
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A
6291
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Fax·
671
0992
[email protected]
(CENTRO)
CARRERA
9
No.
13-27
/
33
Telefax
243
2782
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243
5885
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243
5887
centro@paulinas
erg
co
(SUR)
CARRERA
G
NO.
24-75
SUR
20
DE
JULIO
Tels
272
5666
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239
5511
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Fax
361
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(CHAPINERO)
CALLE
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LOCAL
101
La
Isla·
Tel
255
4632
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lelefax
310
0362
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/\VENIDA
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Gloria Salamanca de Recio
Pecados De
Madre
Confesiones de mujer
Quedan rigurosamente prohibidas.
Sin autorización escrita de los titulares
sin trabajo las sanciones establecidas en las
leyes: la reproducción total o parcial de esta
obra por cualquier medio.
Diseño y Diagramación: Luis Gabriel
Lancheros N.
ISBN Libro: 958-669-514-X
ISBN Colección: 958-669-141-1
Primera edición. 2006
Instituto Misionero Hijas de San Pablo
© Calle 161A No. 31-50
Tel.Ventas: 670 6424 • Fax: 671 0992
www.paulinas.org.co Bogota. D.C. •
Colombia
¿Para quienes es este libro?
¿Qué clase de libro es este?
No
he
querido
hacer
esta
presentaci6n,
siguiendo
las
es
trictas
normas
editoriales
o
los
parámetros
por
demás
res
petables,
para
esta
parte
de
una
obra,
porque
siento
que
este
libro
es
algo
diferente,
porque
veo
que
es
un
libro
algo
"desordenado".
Al
leer
el
título:
"Pecados
de
madre,
confesiones
de
mujer"
lo
más
1ogico
es
esperar
que
tenga
dos
partes,
una
desde
el
punto
de
vista
de
la
madre,
otra
de
la
mujer;
francamente
en
un
comienzo
asi
queria
hacerlo
pero
mientras
escribia
me
encontre
con
un
gran
en
invencible
obstaculo,
no
supe
como
como
separar
mi
rol
de
madre
del
rol
de
mujer
y
mucho
menos
aislar
estos
dos
roles
del
rol
de
docente;
por
ello,
un
pecado
de
madre
me
conlleva
a
una
confesion
de
mujer
y
estos
me
orientan
a
recordar
y
reflexionar
a
partir
de
experiencias
de
docente
y
a
escribir
en
forma
aparentemente
desordenada,
pero
eso
si,
coherente.
Este
es
un
libro
para
quienes
prefieran
leer
en
desorden,
sin
tener
que
resaltar
"en
donde
iba";
pero
también
para
quienes
aceptan
que
un
libro
comienza
en
la
tapa
y
termina
en
la
contratapa.
Un
libro
para
padres
y
docentes,
que
quieran
acertar,
que
se
esfuerzan
por
actuar
diariamente
en
forma
adecuada
en
esos
dos
roles
tan
difíciles
como
maravillosos:
el
rol
de
padre
y
el
rol
de
maestro,
las
cuales
son
en
realidad
uno
solo,
porque,
un
padre
es
y
será
siempre
un
maestro
y
un
maestro
necesita
actuar,
pensar
y
aproximarse
dis
creta
y
profesionalmente
a
algunas
actitudes
propias
de
los
padres.
Igualmente,
este
es
un
libro
para
hijos
y
estudiantes,
que
de
alguna
forma
necesitan
comprender
o
interpretar
mu
chas
actitudes
de
sus
padres
o
de
sus
maestros.
También
para
esos
maravillosos
adolescentes
que
descu
bren
un
día,
que
su
niñez,
sus
juegos
infantiles,
sus
sue
ñios
de
niño,
han
quedado
atrás
y
que
a
cambio,
ahora
no
saben
ni
c6mo
se
sienten,
porque
en
un
momento
son
felices,
admiran
a
sus
padres
y
valoran
a
sus
profesores
y
amigos,
un
rato
después
encuentran
que
nada
es
suficien
te,
que
todo
les
molesta
...
Este
no
es
un
libro
autobiográfico,
aun
cuando
contiene
pe
cados,
experiencias
y
confesiones
que
realmente
han
ocu
rrido
en
mi
vida,
y
que,
son
tan
sencillas
como
la
misma
cotidianidad
dentro
de
la
cual
ocurrieron,
pero
que
bien
pueden
llegar
a
ser
provechosas
porque
al
final
de
cada
una
de
ellas,
hay
una
reflexión,
un
aprendizaje,
una
propuesta.
Este
es
un
libro
que
intenta
ofrecer
a
sus
lectores
algunos
planteamientos
importantes,
pero
que
ante
todo
contiene
pecados
de
madre
y
confesiones
de
mujer.
EL AYER ES EL HOY Y EL MAÑANA
Aunque
somos
el
resultado
de
nuestras
pequeñas
y
grandes
decisiones,
también
nos
forman
aquellos
eventos
que
de
una
u
otra
forma
llegaron
a
nuestra
vida
cuando
aún
no
estábamos
preparados
para
controlarlos
...
Siempre
fui
una
niña
regordeta.
En
mi
familia
no
había
-al
menos
cerca
de
mi-
perso
nas
gordas.
Las
visitas
eran
entonces
más
frecuentes
que
ahora.
Cuando
se
sabía
que
vendrían
visitas,
mama
nos
indicaba
la
ropa
que
usaríamos
y
c6mo
debíamos
com
portarnos.
-Salen
a
saludar,
digan
gracias
si
les
dicen
que
están
lin
das.
Y
continuaba
la
preparaci6n
mas
o
menos
asi:
-Después
de
saludar
piden
permiso
y
se
retiran.
Siempre
me
cayeron
gordas
las
visitas
de
los
mayores.
Generalmente
después
de
saludar
pedíamos
permiso
para
retirarnos.
Mientras
nos
alejábamos,
alguna
de
1
tales
visitas
decía
a
mama,
con
un
tono
de
voz
presumi-
blemente
imperceptible,
pero...
yo
que
siempre
he
oído
hasta
lo
que
no
me
están
diciendo,
lo
escuchaba
todo.
-Oye,
la
mayor,
esta
como
gordita,
no?
A
lo
cual
mama
corregía:
-No
es
la
mayor,
es
la
segunda
...
-Ah
...
-1-
¡Cuanto
daño
me
hicieron
esos
comentarios!
...
Lo
de
gor
da,
porque
lo
de
mayor
no
me
afectaba.
A
mí
siempre
me
gusto
leer,
especialmente
aquellos
cuen
tos
que
comenzaban
maravillosamente
igual:
"En
un
pais
lejano,
habitaban
un
rey
muy
bueno
y
su
esposa
la
rei
na...".
Generalmente
los
reyes
de
los
cuentos
vivian
en
un
gran
castillo
rodeado
de
hermosos
y
grandes
arboles
y
muchas
flores
de
maravillosos
colores.
El
cuento
que
lei
una
y
otra
vez
puedo
relatarlo
asi:
El
rey
y
la
reina
eran
muy
felices.
El
rey
deseaba
que
su
reina
le
diera
un
hijo
para
que
despues
ocupara
el
trono,
asi
transcurrie
ron
los
nueve
meses
de
espera,
hacienda
planes
para
recibir
en
su
castillo
al
futuro
rey
de
la
comarca.
Finalmente
...
la
reina
dio
a
luz...
una
hermosa
niña.
El
buen
rey
se
puso
rojo,
verde
y
amarillo
de
descontento
y
pidi6
a
la
reina
ocultar
a
la
niña
y
decir
a
todos
sus
súbditos
que
el
bebe
habia
nacido
muerto.
La
reina
estallo
en
llanto
y
suplico
al
rey
que
la
dejara
tener
a
la
niña
en
una
de
las
torres
de!
castillo,
pero
el
rey,
insisti6
en
que
debía
llevarla
lejos
de
allí,
donde
nadie
supiese
que
era
la
hija
de!
rey
y
la
reina.
En
media
de
lagrimas
y
sollozos
la
reina,
vistiendo
1'0pas
de
cortesana,
sali6
en
busca
de
un
hogar
para
su
adorada
hijita.
La
reina
se
sinti6
tranquila
cuando
encontr6
a
una
pareja
que
ya
tenia
una
niña
y
eran
unos
padres
adorables
y
bondadosos,
asi
que
les
pidi6
cuidar
a
la
niña,
con
la
promesa
de
venir
por
ella
algunos
años
mas
tarde
y
prometiendo
que
para
entonces
!es
diria
toda
la
verdad
sabre
la
verdadera
identidad
de
la
niña.
La
pareja
recibi6
con
agrado
a
la
niña,
la
criaron
con
el
mismo
amor
que
a
su
propia
hija.
Muchos
años
despues
el
nuevo
}oven
y
apuesto
rey,
nacido
un
tiempo
despues
que
la
nñia,
busc6
por
toda
la
comarca
a
una
niña
que
habia
sido
entregada
a
una
pareja,
al
encontrarla
convertida
en
una
bella
y
culta
damita,
explic6
a
los
padres
que
ella
era
su
hermana
la
princesa
y
que
su
madre
antes
de
morir
le
habia
confesado
ese
secreto.
-2-
¡Ese
cuento
fue
el
primer
y
mas
maravilloso
descubri
miento
de
mi
niñez!
Despues
de
leerlo
varias
veces,
formule
la
primera
hip6-
tesis
de
mi
vida
:
¡Si
yo
no
era
parecida
a
nadie
de
m
ifamilia,
entonces
yo
podria
ser
coma
la
princesa
de!
Cuento!
Comence
a
observar
cuidadosamente
a
mis
padres,
mis
hermanos
y
los
demas
miembros
de
la
familia.
El
tiem
po
pasaba
fugaz
mientras
hacia
con
inusitado
interes
la
primera
"investigacion"
seria
de
mi
vida.
Mama
era
una
mujer
hermosa,
tenia
lindas
piernas,
ojos
picaros,
sonrisa
franca,
era
fina,
delicada,
reia
y
conver
saba
con
mesura,
lucia
elegante
con
todo
lo
que
usaba,
era
diligente
y
madrugadora.
1
Yo,
en
cambio,
tenia
piernas
de
futbolista,
reia
a
carcaja
das
y
hablaba
mas
que
un
perdido
cuando
aparece;
ade
mas,
el
espejo
no
mentia
al
decirme
que
dificilmente
me
pareceria
a
Shirley
Temple,
la
nifia
-artista-
mas
famosa
de
entonces.
Conclusion:
¡yo
no
tenia
nada
de
mama!
Mis
observaciones
continuaron
con
papa.
El
era
alto,
del
gado,
con
hermosos
ojos
verdes,
muy
serio
y
silencioso,
comia
poco,
nunca
reia,
era
madrugador,
superpuntual
y
rigido
para
todo.
Yo,
como
he
dicho,
era
regordeta,
de
ojos
cafe,
reia
y
ha
blaba
mucho,
me
costaba
levantarme
en
las
mañanas
y
sobre
todo,
muy
amiga
de
improvisar,
nada
de
rigidez.
0
sea
nada
que
ver.
Yo
no
tenia
nada
de
el.
Mi
hermana
mayor
era
muy
delgada,
comia
muy
poco
o
mas
bien
nada,
ordenada,
timorata
y
poco
atrevida,
no
corria
cuando
mama
nos
iba
a
castigar,
porque
segun
ella,
si
los
nifios
corrian
cuando
la
mama
los
iba
a
casti
gar,
la
tierra
se
abria
y
se
los
tragaba.
Yo
comia
todo
lo
que
podia,
no
me
daba
miedo
de
nada
y
corria
como
loca
cuando
mama
me
iba
a
castigar,
al
fin
y
al
cabo
hubiera
preferido
que
la
tierra
me
tragara
y
no
que
mama
me
alcanzara.
¿Conclusion?:
no
tenia
nada
de
mi
hermana
mayor.
Mi
hermano
era
muy
travieso,
todo
lo
perdia,
en
los
co
legios
no
lo
soportaban
y
cuando
tenia
unos
ocho
a.nos
comenzo
a
hablar
algo
tartamudo.
-3-
En
contraste
con
esto,
aunque
yo
no
era
ordenada,
no
tenia
la
facilidad
de
el
para
perder
o
extraviar
mis
pertenencias;
en
el
colegio
era
charlatana
pero
no
insoportable,
hablaba
de
corrido
sin
tartamudear.
¿Conclusion?
jTampoco
tenia
nada
de
el!
Una
de
mis
hermanas
pequefias
era
bella,
con
linda
na
riz
respingada
y
ojos
verdes
como
papa,
era
brava
y
muy
callada.
Conclusion
sencilla
y
evidente:
tampoco
tenia
nada
de
ella.
Mi
hermana
menor,
era
linda;
parecia
mas
bien
un
dibu
jo
de
Renoir,
asi
que,
no
necesitaba
mas
observaciones,
simple
y
definitivamente
formule
mi
conclusion:
jTampoco
tenia
nada
de
ella!
Despues
de
revisar
una
y
otra
vez
las
observaciones
mas
cercanas,
estudie,
aunque
con
menos
profundidad,
a
mis
tios
y
abuelos.
Mi
abuelo
paterno
era
muy
semejante
a
papa,
mi
abuela
materna
tenia
bellos
ojos
azules,
una
de
mis
tias
era
tambien
de
ojos
claros,
en
fin...
no
valía
la
pena
profundizar,
estaba
muy
ansiosa
por
formular
mi
conclusión
final
y
asi
lo
hice:
"Yo
era
como
la
princesita
de!
cuento,
la
reina
me
habia
dejado
con
mis
padres
para
que
me
cuidasen
mientras
ella
volvia
por
mi,
por
eso
yo
era
diferente
a
toda
mi
familia,
por
la
misma
raz6n
las
visitas
que
me
miraban
con
cierta
curiosidad
y
comen
taban
que
estaba
gorda,
no
volverian
a
importarme.
Al
fin
y
al
cabo,
yo
era
una
princesa
y
mi
misi6n
era
seguir
de
inc6gnita
hasta
que
la
reina
viniera
a
recogerme.
Eso
si,
yo
amaba
a
mi
familia
profundamente
y
la
reina
era
importante
solo
para
que
me
llevara
a
vivir
al
castillo
".
Cuanto
daño
y
cuanto
bien
pueden
hacer
a
un
niño
las
comentarios
desprevenidos
de
un
adulto.
Sin
embargo,
todo
depende
de
la
forma
como
el
nifio
las
asuma
o
c6mo
aprenda
a
defenderse,
aun
dentro
de
su
inocencia.
Algunos
de
los
adultos
que
con
mayor
frecuencia
lesio
nan,
maltratan
o
moldean
de
uno
u
otro
modo
la
perso
nalidad
del
niño
son
las
profesores.
-4-
-5-
Recuerdo
con
claridad
una
experiencia
que
de
alguna
forma
marc6
tanto
para
una
de
mis
hermanas
como
para
mi,
muchisimas
mas
cosas
de
las
que
nadie
podria
haber
supuesto
entonces
y
mucho
menos
el
famoso
profesor
de
matematicas
a
quien
se
refiere
este
relato,
el
señor
"M"
a
quien
apodabamos
el
REY
DE
HUNOS
(para
nosotros
era
UNOS
sin
H).
El
profesor
"M"
evaluaba
cada
dia
la
tarea
dejada
la
clase
anterior,
nos
hacia
pasar
al
tablero,
debiamos
entregarle
el
cuaderno,
el
con
rostro
adusto
pasaba
lentamente
las
hojas,
se
detenia
para
comenzar
en
la
primera
pagina,
Leia
el
nombre
y
levantando
las
ojos
por
encima
de
sus
pequeños
lentes,
miraba
fijamente
a
la
victima
de
turno,
de
nuevo
leia
en
voz
baja
pero
perceptible:
Colegio:
..........Curso:............Alumna:
.......................
Despues
de
esto,
dirigiendose
a
las
demas
alumnas,
decia
en
tono
burl6n:
-
Hummmm
la
señorita
"T"
estudia
en
este
Colegio
y
que
casualidad,
en
este
curso.
Sin
darnos
tiempo
a
reaccionar
pasaba
las
hojas
del
pobre
cuaderno
y
en
cualquiera
de
las
paginas
iniciaba
una
lec
tura
ilegible,
tal
vez
coincidente
con
la
letra
confusa
de
la
estudiante,
pero
que
de
cualquier
forma
-hay
que
recono
cerlo-,
sonaba
gracioso.
Mas
por
congraciarnos
con
el
que
par
burlarnos
de
la
vic
tima
de
turno,
las
demas
sonreiamos
timidamente,
gesto
que
el
eliminaba
diciendo
en
tono
cortante:
-
Bueno,
bueno,
a
ver
señorita...
copie,
copie
que
para
eso
lallame.
Acta
seguido,
aguzando
la
mirada
entre
las
demas
niñas
buscaba
con
una
sonrisita
entre
burlona
y
descuidada
par
finalmente
ordenar:
-
A
ver…señorita
"G",
díctele
a
la
señorita
el
ejercicio
n.
1
de
la
tarea,
aunque
...
déjeme
ver…¿trajo
su
cuaderno?
Cuando
la
niña
señalada,
le
ensenaba
su
cuaderno
agre-
gaba
impaciente:
'
-
Bueno,
bueno,
ya
le
dicto.
¡Es
para
hoy,
señorita!
Para
entonces
la
niña
que
estaba
en
el
tablero,
ya
tenía
las
manos
sudorosas,
la
tiza
estaba
prácticamente
húmeda
entre
sus
manos
y
el
pulso
agitado
no
resultaba
el
mejor
colaborador
para
copiar
el
dichoso
ejercicio.
De
cual
quier
forma,
copiaba
y
miraba
al
profesor
en
espera
de
una
nueva
orden,
a
lo
cual
el
decía:
-
Y...señorita,
¿que
va
a
hacer
ahora?
Resuélvalo,
pero
hable,
hable.
Díganos
que
va
a
hacer
porque
ya
nos
esta
mos
aburriendo.
La
pobre
niña
del
tablero,
con
voz
de
moribunda
decía:
-Como
esta
es
una
ecuaci6n
de...
voy
a
factorizar.
Pero
antes
de
que
la
niña
hiciese
algo
el
profesor
interve
nia
diciendo:
-¡Que
bien!
¡La
señorita
va
a
factorizar!
Y
mirándonos
a
todas,
mientras
las
de
atrás
intentaba
mos
en
vano
escondernos
tras
las
de
adelante,
el
escogía
a
otra
diciendo
-A
ver
señorita
"S",
usted
¿que
opina?
-Yo
creo
que
está
bien.
-¿Si?
Pues
yo
creo
que
usted
no
sabe
nada,
así
que
sien-
tese
y
tiene
¡UNO!
Volviendo
su
mirada
a
la
niña
del
tablero
decía
en
tono
impaciente:
-¿Y
usted,
todavía
esta
alli?
¡Por
favor!
¡Sientese
que
us
ted
tambien
tiene
UNO!
Asi
o
con
muy
pocas
diferencias
transcurría
el
tensionan
te
tiempo
dedicado
a
la
evaluaci6n.
Lo
importante
o
lo
trascendente
de
esta
experiencia
radi
ca
en
la
forma
como
cada
una
de
nosotras
reaccion6
de
por
vida
a
esta
"metodología".
-6-
La
mayoría
de
las
niñas
decidi6
que
hablar
en
público
era
arriesgarse
a
la
burla
o
al
ridiculo,
pero
unas
pocas
encontramos
en
esta
equivoca
conducta
docente,
un
reto
que
debíamos
afrontar
en
forma
individual
y
el
cual
po
driamos
resumir
asi:
hablar
en
publico
es
algo
que
ni
este
pro
fesor,
ni
ningun
otro
va
a
lesionar
en
mi.
Como
consecuencia
de
la
estrategia
pedag6gica
de
la
clase
de
matemáticas,
mi
hermana,
que
es
una
persona
inteligente
y
creativa,
suele
guardar
silencio
ante
grupos
con
mas
de
cinco
personas;
a
pesar
de
ser
una
profesional
exitosa,
nunca
ha
querido
dictar
una
conferencia
o
com
partir
formalmente
sus
saberes
y
experiencias.
En
contraste
con
esta
reacci6n,
otras
compañeras
y
yo
quisimos
afrontar
el
reto,
asumimos
la
actitud
del
famoso
profesor
de
matemáticas
como
una
contribuci6n
a
nues
tro
crecimiento
personal
y
decidimos
"llevarle
la
contra
ria";
hablando
sin
temor
y
expresando
aun
nuestros
erro
res,
con
voz
serena
y
tono
seguro.
Hoy
dia,
dos
de
mis
compañeras
son
abogadas
muy
so
bresalientes,
capaces
de
presentar
y
defender
causas,
en
contrando
en
la
serenidad
de
sus
intervenciones
las
pala
bras
y
los
argumentos
adecuados
para
cada
situaci6n.
Yo
que
jamás
lo
pense,
termine
siendo
docente
y
ya
como
profesional
de
la
docencia,
recuerdo
al
profesor
"M",
como
el
unico
docente
que
me
ensen6
algo
en
cuanto
a
didáctica
y
metodología
concierne;
de
él
aprendí
algo
que
ningún
libro
de
didáctica
ha
contenido
hasta
ahora
y
que
bien
podría
titularse:
actitudes
docentes
que
obstaculizan
el
progreso
de
las
estudiantes.
Con
el
paso
del
tiempo,
cuando
ya
profesionales,
madres
y
abuelas,
nos
reunimos,
siempre
surge
el
recuerdo
inolvi
dable
de
las
clases
de
matemáticas
con
el
sefior
"M".
No
se
si
el
este
vivo
o
no,
pero
si
se
que
su
forma
de
trascen
der
o
de
hacerse
inolvidable
no
ha
sido
la
mas
acertada.
Hay
formas
de
trascender
y
de
ser
recordados
por
siem
pre,
pero
nuestro
profesor
no
eligi6
precisamente
la
mejor
de
ellas.
Si
bien
es
cierto
que
a
unas
pocas
nos
impuls6
a
promover
algunas
habilidades,
a
la
mayoria
de
sus
alum
nas
les
causó
daño,
dolor
y
desconfianza
en
si
mismas.
¡Esto
es
algo
realmente
grave!
-7-
Esta
experiencia
me
invita
a
destacar
la
importancia
de
que
el
docente,
asuma
cada
intervenci6n
de
sus
estudian
tes
como
una
oportunidad
para
estimularlos,
16gicamen
te
sin
dar
como
acertadas
las
respuestas
que
no
lo
sean,
pero
si
formulando
al
estudiante
sugerencias,
que
expre
sadas
con
respeto,
seran
un
aporte
valioso
y
trascendente
en
su
crecimiento
personal.
Las
anteriores
historias
me
permiten
reconocer
que
no
son
los
hechos
los
que
limitan
nuestro
futuro
sino
la
manera
coma
cada
uno
de
nosotros
asume,
vivencia,
maneja
o
aprovecha
ese
hecho
que
en
su
momento
pudo
ser
negativo
o
malsano;
asimismo
que
las
oportunidades
de
superaci6n
estan
siempre
a
la
mano
y
que
s6lo
me
faltaba
buscarlas,
identificarlas,
reconocerlas
y
luchar
par
aprovecharlas,
ol
vidandome
de
resentimientos,
ignorando
hechos
que
pudieron
hacerme
daño,
y
mas
bien,
buscando
dentro
de
mi
misma
la
fuerza
para
estar
por
encima
de
lo
que
en
un
mo
menta
dado
pudo
parecer
una
debilidad,
una
limitaci6n,
un
defecto.
Tambien
aprendi
lo
importante
que
es
dirigir
mi
energia
a
superarme,
no
para
demostrar
a
nadie
lo
que
puedo
hacer,
sino
para
mostrarme
a
mi
misma
que
ningu
na
fuerza
es
tan
poderosa
coma
mi
propia
fuerza
interior.
-8-
-9-
CONFESIONES DE NIÑA, PECADOS DE MADRE
Quizás
uno
de
los
roles
en
que
más
nos
equivocamos,
pero
siempre
con
la
mejor
intenci6n,
es
en
el
papel
de
madre,
sin
embargo,
es
sano
reflexionar
y
confesar,
aunque
pueda
parecer
tarde,
algunos
de
nuestros
"pecados
de
madre
".
A
mis
trece
años,
toda
una
preadolescente,
mis
sueños
y
mis
pensamientos,
lógicamente
se
diferenciaron
de
los
que
acariciaba
durante
mi
niñez.
Comencé
a
observar
con
mayor
cuidado
a
mama
e
hice
otro
de
mis
famosos
planes
del
futuro.
Planeaba
ser
como
ella:
esposa
y
madre.
Naturalmente
mis
sueños
y
planes,
estaban
basados
en
la
poca
o
prac
ticamente
ninguna
informaci6n
que
tenía
y
más
aun
en
el
nulo
interés
por
preguntarme
ciertas
cosas
que
aún
no
inquietaban
mi
mente.
Mi
plan
era
muy
sencillo:
tendría
un
buen
esposo,
que
al
llegar
de
su
trabajo
fuera
cariñosamente
recibido
por
su
esposa
(yo)
y
nuestros
hijitos
(debían
ser
varios,
pero
nun
ca
precise
el
numero),
por
tanto
en
mi
plan
no
"aparecían
pasos
del
proceso".
Como
por
arte
de
magia,
yo
me
veia
en
el
nuevo
rol
con
el
que
soñaba
una
y
otra
vez,
modifi
cando
algunos
detalles,
por
ejemplo;
en
un
comienzo
mi
esposo
era
como
papa,
trigueño
y
de
ojos
verdes,
pero
pronto
lo
transforme
en
un
hermoso
caballero
rubio
y
de
ojos
azules.
Al
compartir
estos
sueños
con
mis
dos
mejores
amigas:
Bianca
y
Alba
(quien
muri6
un
afio
después),
ambas
se
mofaban
de
mi
mal
gusto
diciendo:
-
¿Y
para
que
quieres
un
mono
desteñido?
Yo
para
entonces
aún
conservaba
una
frase
de
mi
niñez,
por
lo
cual
respondí:
-Pues
para
lo
mismo
que
ustedes
quieren
a
un
trigueño.
Luego
todas
reíamos
y
empezábamos
a
hacer
planes
de
cuando
fuéramos
grandes,
tuviéramos
novios
y
esposos,
pero
eso
sí,
¡lo
juro!,
nuestras
charlas
nunca
iban
mas
allá
de
esto.
¿Como
íbamos
a
preocuparnos
por
cosas
que
desconocíamos
totalmente?
Los
domingos
mama
nos
llevaba
a
la
función
para
niños
que
se
llamaba
"matinal",
empezaba
a
las
10:30
am.
Me
encantaba
Shirley
Temple,
una
niña
de
cinco
años,
pre
ciosa,
que
actuaba
en
películas
supertiernas
(hoy
día
los
adolescentes
las
llamarían
cursis).
Para
ese
momento
la
televisión
apenas
había
llegado
a
Colombia,
había
trasmisión
únicamente
de
6:00
pm
a
9:00
pm,
un
solo
canal
que
siempre
empezaba
con
el
him
no
nacional
y
la
foto
del
presidente
que
se
hacía
Hamar
Excelentísimo,
Señor,
General
Gustavo
Rojas
Pinilla.
Lo
anterior
explica
porque
en
mi
tiempo,
no
comenza
bamos
tempranamente
a
inquietarnos
por
ciertas
cosas
o
a
formularnos
ciertas
preguntas,
por
esto
mi
niñez
fue
sencillamente
maravillosa.
¡Cero
estrés,
cero
preguntas
inútiles!
La
televisión
era
todo
un
programa
familiar,
comíamos
a
las
5:30
pm
y
a
las
6:00
pm
pasábamos
a
la
salita
de
la
TV.
Papa
encendía
el
televisor
(era
cosa
de
adultos)
y
em
pezaba
la
programación,
pero
dando
las
8:00
pm,
mama
suavemente
decía:
-Bueno
niños,
no
más
televisión,
ya
María
los
acompaña
a
empijamarse.
María
era
lo
que
se
llamaba,
"la
emplea
da
de
adentro",
ella
nos
tenía
la
cama
lista
al
igual
que
la
pijama,
la
cual
nos
ayudaba
a
colocar
y
casi
a
rastras
nos
llevaba
a
cepillarnos
los
dientes,
porque
ya
nos
tenía
listos
las
cepillos
con
la
crema
dental.
¡Que
barbaridad!
¡Antes
no
somos
retrasados
mentales,
si
todo
nos
lo
hacian!
Una
vez
listos
nos
llevaba
a
la
sala.
Mama
y
papa
nos
da
ban
la
bendición
para
ir
a
dormir.
Aquí
no
terminaba
el
ritual,
yo
me
sentaba
a
la
orilla
de
la
cama
y
bien
perezosa
le
sugería
a
María,
con
un
gesto
de
cabeza,
que
me
ayu
dara
a
subir
las
piernas,
luego
ella
me
tapaba,
jtan
rico!
Esa
sensación
tan
agradable
aun
persiste,
adorn
que
me
toquen
los
pies
y
que
me
tapen,
será
tambien
porque
un
rato
despues,
mama
venia
al
cuarto
que
compartia
con
mi
hermana
mayor,
de
nuevo
nos
arreglaba
las
sabanas
(no
se
usan
cobijas
en
Cali,
por
el
calor),
nos
daba
un
beso
y
apagaba
la
luz.
¡Nunca
me
gusto
dormirme
a
oscuras!
-10-
-11-
Retomando
el
tema
de
los
sueños
acerca
de
un
príncipe
azul
y
unos
bellos
hijos,
reconozco
que
he
sido
afortuna
da,
nueve
años
despues,
llego
a
mi
vida
el
principe
azul,
tal
como
lo
soñe;
rubio
y
de
ojos
azules.
¿Que
tal
mi
suerte?
Pero
algo
que
nunca
imagine,
fue
que
algún
día,
seria
muy
mayor,
tendria
mis
hijos
ya
grandes,
dispondría
de
tiempo
para
reflexionar
y
escribiría
alga
coma
lo
siguiente:
Hoy,
cuando
soy
una
mujer
mayor,
cuando
mis
hijos
son
pro
fesionales,
independientes
y
sanamente
autosuficientes,
tengo
tiempo
para
reflexionar.
Comienzo
pensando
que
reflexionar
es
dar
marcha
atrás,
"de
volver
el
casete",
para
mirar
de
nuevo
aquellas
cosas
que
la
con
ciencia
nos
acusa
de
no
haber
hecho
con
mayor
acierto
o
eficien
cia.
Mi
reflexion
se
concentra
en
mi
papel
coma
madre.
;,Mi
conclusion?
¡Facil!
¡Debo
confesar
muchos
pecados
coma
madre!
¡Pobres
hijos
mios!
Mientras
sus
amiguitos
podían
salir
de!
colegio
e
irse
al
Club,
a
comer
pizza,
a
jugar
tenis,
bolos
o
golf,
mis
pobres
hijos
debian
venirse
en
su
ruta
y
llegar
muy
puntuales
a
casa
y...
;,que
creen?
Allí
estaba
yo,
siempre
yo,
pendiente
de
su
llegada,
"espiando"
sus
rostros,
intentando
adivinar
si
se
sentían
contentos
o
aburri
dos,
preguntándoles
coma
habia
estado
la
jornada
escolar,
inda
gando
si
realmente
todo
estaba
bien
o
solo
me
decian
"todo
bien
mami"
para
que
no
los
interrogara
mas.
Fui
tan
deficiente
coma
madre
que
nunca
o
casi
nunca
intervine
en
sus
tareas
escolares,
no
creo
haberme
"sentado
a
hacer
tareas"
mas
de
tres
o
cuatro
veces
en
cada
una
de
sus
vidas
y
eso
segun
necesidades
muy
evidentes.
Pero
eso
si,
cuando
advertia
algu
na
deficiencia
academica
o
una
dificultad
de
aprendizaje,
alli
estaba
yo
coma
un
fantasma,
persiguiéndolos
con
las
tablas
de
multiplicar,
acosándolos
con
las
adverbios
de
modo
o
de
lugar,
presionándolos
con
las
capitales
de
países.
-12-
Llegue
al
colmo
de
hacer
unas
carteleras
de!
tamaño
de
un
pliego
de
cartulina
(ahora
las
venden
en
las
semáforos)
con
la
tabla
del
7,
la
de!
9
y
la
de!
6,
que
fueron
para
ellos
las
mas
difíciles.
Luego,
coma
si
Juera
poco,
se
las
pegaba
frente
a
su
cama,
asi
que
el
pobre
nñio,
cuando
abría
las
ojos,
lo
primero
que
veia
era:
7XJ=7,
7X2=14,
etc...
y
eso
que
la
ultima
imagen
en
la
noche
habia
sido
la
misma
dichosa
cartelera.
Mientras
las
madres
de
sus
amiguitos
las
levantaban
temprano
y
las
apuraban
para
irse
a
estudiar,
yo
nunca
las
obligue
a
ir
al
Colegio,
si
no
querian
ir,
bien
podian
quedarse
en
casa,
pero
eso
si,
debían
cumplir
UNA
SOLA
CONDICION
decirme
la
ver
dad
y
nada
mas
que
la
verdad,
no
importaba
lo
que
fuese,
si
no
habian
hecho
una
tarea,
si
tenian
una
evaluaci6n
y
no
habian
estudiado,
si
temian
un
regaño
de!
profesor,
etc.
Ellos
no
tuvieron,
coma
sus
compañeros
de
colegio,
cuartos
indi
viduates,·
las
tres
muchachos
compartieron
la
misma
habitaci6n.
Siempre
creí
que
esto
las
ayudaría
a
compartir
muchas
cosas
de
sus
vidas,
a
no
ser
indiferentes
con
las
alegrías
o
las
tristezas
de!
otro,
a
comunicarse
de
una
manera
cotidiana,
espontanea
y
desprevenida.
Tampoco
tuvieron,
al
igual
que
sus
amigos
y
compañeros,
un
televisor
propio
en
el
que
pudieran
ver
lo
que
ellos
quisieran,
yo
pensaba
que
si
juntas
veiamos
TV,
podriamos
compartir,
selec
cionar,
dialogar
o
aunque
fuera
verlos
discutir
par
ver
uno
u
otro
programa,
ademas
yo
podria
estar
atenta
a
la
clase
de
programas
que
ellos
vieran.
-13-
Próximos capitulos a publicar muy pronto.
n
este
libro,
la
autora
revive
eventos
de
su
infancia
en
Cali,
Colombia,
y
de
su
vida
adulta
como
madre
y
esposa.
Gloria
crio
a
sus
cuatro
hijos
al
lado
de
su
marido,
apoyandose
en
el
ejemplo
recibido
de
su
madre
y
de
su
suegra,
que
contribuirian
permanentemente
para
su
crecimiento
personal.
Pecado
de
Madre.
Confesiones
de
Mujer
relata
que
los
momentos
dificiles
son
oportunidades
de
superacion,
ocasiones
para
fortalecer
el
espiritu
y
para
estrechar
lazos
familiares
y
de
amistades.
Quizás
uno
de
los
roles
en
los
que
más
nos
equivocamos,
con
la
mejor
intención
de
acertar,
es
el
rol;
de
madre
Por
eso
es
sano
confesar,
aunque
parezca
tarde,
los
pecados
de
nuestra
madre.
E
Reader
Pecados de Madre
Confesiones de mujer.
gloriaderecio
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